En uno de los rincones del centro del Callao vivía Caramelo un lindo gatito que era muy querido por sus dueños un par de ancianos.
El minino dormía hasta tarde y encontraba el desayuno servido se lo pasaba tirado en el mueble como un gran holgazán, una mañana como costumbre fue a buscar que comer al no encontrar nada se pasó todo el día esperando, en la noche salió a la calle como no sabia cazar los demás gatos se burlaron, lo golpearon y tirado lo abandonaron. Una ratita que observaba se compadeció y arrastrándolo a su casa lo llevó y lo curo todas sus heridas.
A los días sus amos llegaron de su gran paseo y sorpresa con dos mascotas se encontraron.
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