Una mañana llegó su dueña Laura muy apurada , tomo sus maletas y a su mascota y salió rumbo a Caraz. Después de viajar toda la noche llegaron a la granja de su madre, quién tenía una piscicultura. La gata al aire libre jugaba con todo corría de un lado a otro, hasta que se asomó al riachuelo y asombrado observaba muchos peces nadar, quien al querer atrapar un gran chapuzón se dio y resfriado salió.
Finalmente después de días de disfrutar en el campo y la naturaleza retornaron a su hogar.
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