DOCENTE DE PRIMARIA

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martes, 1 de julio de 2014

Pepito Saltarín”, del poeta Mario Aragón Urquiza


Escribe: Prof. Alejandro Medina Bustinza (Apurunku)



Desde esta modesta página, queremos hacerle llegar nuestro saludo y reconocimiento al poeta chalaco, MARIO ARAGÓN URQUIZA y la bienvenida a su nueva obra literaria, “Pepito Saltarín” publicado en excelente edición 2012, donde su trabajo poético y narrativo, aparece alborozado entre la realidad y la fantasía de un hombre que vuelve a ser niño o el niño que se vuelve hombre después treinta años. El escritor peruano Jorge Aliaga nos señala con la precisión correspondida acerca del trabajo de Mario Aragón; dice: “Mario Aragón juega con la palabra pensada, nos seduce, y con la fuerza lúdica de su obra nos transmonta del límite terrenal a la fantasía. Y quienes pensamos como él quisiéramos ver esa fantasía hecha realidad. En suma éste Pepito Saltarín es un revolucionario del amor y la ternura que nos hará pensar mucho en las observaciones de su creador: ¿Cuántos sueños se pierden al formarse un hombre?..

Mario Aragón Urquiza: (Callao, 1975) Escritor, poeta y dramaturgo chalaco, perteneciente a la comunidad literaria Línea Héter. Ex director de la biblioteca comunal, Juanita Barrantes, del AAHH El Ayllu (Ex hacienda San Agustín). Fue integrante del concejo editorial del boletín Chalaca Vida, que editaba la Municipalidad Provincial del Callao. Ha publicado:
Miradas de la Calle (2001)
Dios, el Mar y Ella (2002)
El Callao para principiantes (2007)
Siete entregas al mar (2007)
Coautor de “Un Jibarito y el Callao”; breve imagen de Héctor Lavoe (2010)

Gestor de propuesta de creación de unificación de escritores e intelectuales chalacos.

A continuación, transcribimos el comentario al libro “Pepito saltarín” del poeta Mario Aragón Urquiza, comentario realizado por el poeta Alejandro Medina Bustinza, en la presentación de dicha obra, en el auditorio del Colegio Particular AMÉRICA del Callao el 15/06/2012

Magia y arco iris, en Pepito Saltarín, del poeta Mario Aragón
Alguien, con acertado criterio y sentido de buen catador de la palabra, decía, que sino son todos los escritores por lo menos el promedio, presentan dos maneras de originar sus trabajos comunicativos: como producto de lo que viven concretamente, o de la que imaginan o fantasean a partir de una realidad. Creemos, aquellos quienes alcanzan las dos maneras: el sueño y la realidad vivencial, son tal vez los más indispensables y necesarios sus aportes creativos, siendo su contribución de valiosa significación en la arquitectura de la vida social de los hombres humanos sobre la tierra.

Dentro de este contexto, es donde establezco situar, sin temor a equivocarme y con juicioso convencimiento, al poeta y amigo Mario Aragón, y a su compromiso poético, conclusión que llego al proveerme de la lectura de los poemas comprendidos en su libro “Pepito saltarín”.

Porque cuando se trata de escribir poesía, como lo hace Mario Aragón, entendemos que la poesía está mucho más cercano en el modo de percibir un sobresalto, una señal, una imagen, un juego lúdico implícito, o explícito, que de expresarse simplemente. Si consideramos que transcribir o escribir es relativamente más fácil, porque lo difícil es vivir y ver intensamente y convertir lo vivido y contemplado en una comunicación poética, en un pensamiento artístico.

Al poeta Mario Aragón, en éste su libro Pepito Saltarín, le encontramos también escribiendo como adulto y a la vez como niño. Y lo que escribe para enunciarnos su mensaje poético ¿Podemos indicar es poesía para niños y al mismo tiempo para adultos? Si leemos detenidamente y sin prejuicios, creemos que sí. Aunque habrá igualmente expresiones que indican poesía infantil, aunque es muy diferente hablar de literatura infantil, indudablemente con propios argumentos y suficientes razones.

Cualquiera sea, en una obra literaria para niños o para adultos no hay tanta diferencia que digamos, sino sólo en los matices de las tonalidades, en los recursos literarios y colores connotativos con los que están edificados y referidos el contenido y el mensaje del texto. Tampoco es fácil escribir para niños, sino se tiene cuidado y perceptibilidad en su construcción poética y procesamiento expresivo de su contenido. Sabemos que los niños piensan y hablan en imágenes. Por eso, a Pepito Saltarín de Mario Aragón, ninguna edad renunciaría a su lectura.

Por ejemplo, en los primeros poemas el poeta tiene la sensación de reencontrarse con alguien en aquella casa vieja. No sabe con quién y rebusca cada rincón. Recuerda su infancia, sus juegos, sus sueños y de pronto se da cuenta que busca a su amigo de años atrás. Pareciera que siempre supo que estaba allí o está en él mismo, escondido en algún lugar o detrás de aquellos utensilios del armario. Por eso, él sólo espera que salga aquel amigo para compartir nuevamente las risas, los juegos con los soldaditos, o para que lo vea y escuche hablando solo de él mismo, o de su amigo, como cuando fueron chiquillos y seguramente traveseando con las palabras.

En esta vez, el poeta aguarda convertido con treinta años menos. Entonces pensamos que probablemente Mario no es el que transcribe o el que escribe estas líneas, sino es aquel que tiene la revelación, el descubrimiento de lo real maravilloso a partir de un contexto, de una historia. Es decir, la realidad imprimida en una realidad maravillosa donde ambos constituyen un todo conexo e inseparable. Al respecto nos dice Alejo Carpentier:

“(…)…lo maravilloso comienza serlo de manera inequívoca cuando surge de una inesperada revelación privilegiada de la realidad, de una iluminación inhabitual o singularmente favorecedora de las inadvertidas riquezas y ampliación de las escalas y categorías de la realidad (…)”.

Y yo pienso, que aquello sólo se logra si se posee vocación de creador, de artista, como lo tiene Mario Aragón. Vocación de poeta que es lo mismo a descubridor y constructor de mundos maravillosos.

A través del recurso lúdico, el poeta ahora convertido en niño, como cuando fue en su infancia, hace que su amigo juegue con él mientras la noche no sea de temer, pues tiene ojos y estrellas. O el susto a los demonios de los hombres. El niño le aclara a Pepito que felizmente los hombres también pueden construir sueños, y no habría a qué temer ni de él mismo por vestirse de hombre.

Aún así, en esta parte singular del hombre y la noche, el poeta concibe la previsión por la posible presencia de los hombres, y lo concibe pero de manera tierna y profundamente conmovedora y nostálgica a través de su yo niño hacia su amigo Pepito, a quien le propone que si acaso quisiera, podría disponer de su armadura de latón o coja la espadita de madera si aparecieran los hombres.

Aquí, la configuración tácita del vate, claramente nos hace deducir que los hombres, aun cuando supieran soñar, no dejan de ser causantes de desconfianzas y aspavientos de los mismos hombres, pero en especial de los niños. Cito Pág.…:

No temas Pepito Saltarín / la oscura noche tiene ojos / y tiene estrellas; / no temas que vengan los hombres / ellos pueden tener también sus sueños. / Ponte si quieres tu armadura de latón, / tu espadita de madera… / No te asustes, Pepito Saltarín… / hoy sólo me vestí de hombre…

Mario ha construido este hermoso libro “Pepito Saltarín”, acudiendo a las variables formas en las que se pueden revelar la poesía. Acompaña a sus labranzas líricas con algunos surcos en prosa, como filtros sugestivos cargados de diáfanas imaginaciones expresivas, añadiendo viñetas o con representaciones del lenguaje icónico, obteniéndose así la intertextualización recíproca de todos estos recursos, que hacen sino elevar el nivel armónico y el lenguaje poético de la obra.

Por eso creemos que es necesario señalar, que no es correcto decir, el poeta es sólo aquel que escribe versos. Eso restringiría a la poesía y a la creación artística en general. La poesía es creación y realización, y siendo creación es actividad humana que produce un valor material y espiritual a través de la palabra; es decir, produce un nuevo valor expresivo, cualitativo y cuantitativamente distinto al lenguaje usual y tiene una forma rítmica, musical, apropiada para expresar las emociones. Tal vez por eso se dice que toda creación es poesía.

En cambio la prosa, tiene una forma arrítmica, irregular, sirve para expresar ideas, pensamientos ideológicos, filosóficos, políticos, científicos, religiosos etc. Pero cuando la prosa se hace más rítmica y se carga de emoción, será también considerada prosa poética. Y eso es lo que encontramos en el libro “Pepito Saltarín” del poeta Mario Aragón. Citamos: La verdadera arma de un pueblo fuerte es la risa de un niño.

“Hoy vi a un pequeño atrapar un pan con el traje de la madurez, con el traje del trabajo y el sudor… ¿Por qué cada vez es tan CORTA LA INFANCIA?...”

Quienes le conocemos a Mario, pensamos que sus temas preferidos para escribir, siempre fueron y son: el mar, la ternura, el puerto, el amor, el dios, el hogar. Y en este poemario, el poeta no deja de emocionarnos con aquellos contenidos cuando personifica en Pepito de manera tierna y profunda, la esperanza en un mundo asombroso, totalmente nuevo, donde hay chocolates para todos los niños. Donde la religión sea el amor, el puerto el lugar donde descansan almas, y se viaja hacia ese mundo maravilloso en nave de madera, para reencontramos con las islas protectoras del mar, islas de secretos sacrificios, de tesoros y lobos marinos.

En el trabajo de Mario, hay sueños cargados de intensidad y devoción; juegos a escondidillas. El duende que idealiza y crea y hasta que asiste a la escuela para aprender. Entonces podemos hablar de pedagogía y de imágenes literarias socializadoras que por cierto constituyen de suma importancia en la enseñanza aprendizaje de nuestros niños y jóvenes.

Porque el proceso de la educación requiere de escritores, de creadores auténticos, que aporten no sólo con la forma sino también con contenidos. Que expliquen con el lenguaje dulce y profundo que sólo ellos saben manejar. No sólo se forjen descripciones subjetivas y superficiales. Sino también desarrollen implícitos y explícitos mensajes críticos, contribuyendo a la criticidad activa del ser humano como orientadores y transformadores del escenario social a través del lenguaje artístico. Y a ese creador, es lo que encuentro en la persona del poeta Mario Aragón en Pepito Saltarín, junto a su pequeño ENZO, coloreado de símbolos sensoriales y colmadas de música, naturaleza llana, instigando su lectura a todas las edades, sin convencionalismos ni moldes rebuscados en sus versificaciones poéticas.

Si continuamos leyendo, nos provocará ingresar al mundo de Pepito Saltarín para reencontrarnos con nuestros amigos duendes o con nosotros mismos. Con los juegos en el puerto de sueños sin la presencia de la oscuridad ni de los hombres. Estaríamos saltando y abrazándonos de pura alegría por la llegada de un nuevo amiguito con su nombre de pasaporte de nuevo mundo, de donde ya no quisiéramos volver. Porque en aquel mundo, los niños no saben del final, sino sólo del comienzo, como así nos dice Mario.

Saludamos al poeta y bienvenida su caudalosa y alentadora poesía, y por entregarnos su palabra, sus sueños, su sonrisa extraída del viejo armario que guarda en secreto ese nuevo mundo, y en donde si llegaríamos allí, todos aprenderíamos amar cómo aman los niños. Por compartir con nosotros su necesidad comunicativa induciéndonos hacia el pensamiento y leguaje para nuestra satisfacción colectiva. Como señala el escritor uruguayo Eduardo Galeano:

“Uno escribe a partir de una necesidad de comunicación y de comunión con los demás, para denunciar lo que duele y compartir lo que da alegría…”

Por último, felicito a Mario Aragón por sentir y vivir en la palabra, y que ha tenido la gentileza de convocarnos a su poesía y poner a disposición de todos. Y sobre todo, por ser un auténtico poeta chalaco, que a través de su obra Pepito Saltarín, nos ofrece un fervoroso aporte y servicio a la cultura chalaca, es decir a la cultura nacional, y eso es bastante. En el Perú, si nuestras autoridades aprendieran reconocer a nuestros artistas auténticos, entonces tal vez los sueños de los niños y de las niñas, y los colores de nuestros jardines serían diferentes. Napaikuiqi Wauqey (te saludo hermano mío). Por ahora eso es todo...
Muchas gracias.

Algunos poemas comprendidos en “Pepito Saltarín”:
Como quisiera que todos conozcan a PEPITO Y SU MUNDO, que conozcan el amor que guardamos junto a nuestros recuerdos de niños eternos.
Es el mundo de Pepito Saltarín
Un lugar tan maravilloso como él.
Su superficie es un enorme trozo de pastel,
por donde cruza un río de chocolate.
Un lugar tan maravilloso como él.
Su moneda es una risa,su actividad, los juegos;su religión, el amo
Un lugar tan maravillos,
como Pepito Saltarín…
¿Para qué sirven los poetas?
Escribe, el profesor y poeta: Gary Alminagorta (sobrino de Saúl Alminagorta – invitado)

“Los poetas, esos hombres tristes o alegres con sus manos en los dos bolsillos (así me los imagino), orondos o cabizbajos, me pregunto para qué sirven, ¿para cantarle a los payasitos, a los sapitos y a la tierna silla?... Me pregunto ¿para qué me sirven? ”

Hablaba de esta manera un hombre: “Actualmente yo no tengo trabajo. Alzo mi voz de protesta junto a miles de trabajadores que salimos a las calles, porque no tenemos qué comer, dónde trabajar, cómo vivir dignamente. Me pregunto para ¿para qué sirven los poetas?

Las mineras contaminan nuestras aguas y nuestras tierras. Sembramos hojas de coca en nuestras chacras porque es la única manera de vivir dignamente. Ahora, si sembramos los productos que nos dice el gobierno, ganamos una miseria que no alcanza ni para comer. Trabajamos más de ocho horas diarias en las pollerías, en las textilerías, en las ladrilleras, para ganar sueldos irrisorios. Me pregunto ¿qué hacen los poetas por todo esto?...

Nada, solo escribir ilusiones en cuatro paredes: al jabalí drogado, al cerdo herido, al ají picante, mientras nosotros salimos cada mañana para ver si es que conseguimos unos panes para nuestros hijos. ¿Dónde están los poetas, qué hacen los poetas, para qué sirven los poetas?” De esta manera reflexionaba el pobre hombre…”

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