viernes, 16 de agosto de 2013
FABULA EL CANTERO Y EL ASNO
Bajaba una mañana un cantero rollizo, repartiendo y lanzando latigazos y gritos sobre su infeliz tropa de cargados borricos. "¡Qué demonio de brutos!¡Qué pachorra!... me indigno! Los caballos son otros, tienen viveza y brío; pero a ésos no los mueve ni el rigor más activo". Así clamaba el hombre; mas volviendo el hocico el más martagón de ellos en buena paz le dijo: "¡Tras cuernos palos! ¡Vaya! Nos tienes mal comidos, siempre bajo la carga, ¿y exiges así el brío?¿y con azote y palo pretendes conducirnos? ¿y aun nos culpas de lerdos estando en ti el motivo?
Con comida y sin carga, como se ve el rocino, aprendiéramos luego sus corvetas y brincos; pero mientras subsista
nuestro infeliz destino, ¡bestia el que se alentara! Lluevan azotes, lindo; sorna y cachaza, vamos, para esto hemos nacido". Un indio, si pudiera, ¿no dijera lo mismo?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario