Los
humedales de Ventanilla constituyen un ecosistema importante que
permite la existencia de biodiversidad en flora y fauna. Su extensión
era aproximadamente de 1,500 hectáreas, pero el crecimiento del
distrito, nuevas invasiones y la poca valoración de su trascendencia, la
han disminuido a 600 hectáreas, de las cuales 312 serán declaradas
"Zona de Reserva Ecológica Regional", según estudios y evaluaciones
realizadas por la subgerencia de Ecología y Saneamiento Ambiental de esa
comuna.
Un informe de la Universidad Nacional Federico Villarreal titulado "Humedales de Ventanilla: Un ecosistema de costas" (1996), presentado por Dante Sánchez Carrera, identificó el valor ornitológico,
científico y cultural de este conjunto de lagunas. Desde entonces se
han iniciado diversas acciones destinadas a la conservación y promoción
de este ambiente natural.
¿QUÉ SON LOS HUMEDALES?
Son
zonas donde el recurso hídrico es el principal elemento en el que viven
plantas y animales. Se forman cuando las aguas subterráneas están más
cerca de la superficie y salen a través de pequeñas lagunas, canales y
suelos húmedos, habitualmente denominados "pantanos". Son considerados
como humedales las áreas de tierra cubiertas de agua poco profundas como
lagunas pequeñas. Pueden ser naturales (si los ha creado la naturaleza)
y artificiales (debido a actividades del hombre).
Los humedales ubicados en Ventanilla, están constituidos por las aguas subterráneas provenientes del Río Chillón
que afloran en la parte baja del distrito en su ruta al mar. Albergan
plantas como la totora, el junco, la grama salada, la salicornia, entre
otras y animales de distintas especies que viven y se reproducen
manteniendo relaciones mutuas entre ellas. Se han identificado 62
especies de aves, entre migratorias y locales. De acuerdo a sus
características se observan tres tipos generales de ambientales,
dependiendo de sus componentes: Terrestre, marino y acuático.
Su
espacio físico es constituido por albúferas o lagunas, gramadales,
totorales, litoral marino y zonas adyacentes de colinas bajas que
conforman un ecosistema singular. El ámbito de influencia de 312 hectáreas
(declarada "Área Ecológica Intangible" para fines de conservación de su
biodiversidad por el Concejo Distrital de Ventanilla en 1998) está apta
para su recuperación y utilización.
Limitan
al Norte con el balneario Costa Azul, el Proyecto Especial Pachacutec y
los terrenos de la mal denominada zona agrícola; al Sur con áreas
eriasas de las colinas bajas pertenecientes a los cerros salinas y los
perros (cuevas y formaciones litomórficas); al Este con la avenida
Boquerón, el asentamiento humano "Defensores de la Patria" y con los
terrenos de una granja avícola; al Oeste con las playas de Ventanilla en
una longitud de tres kilómetros aproximadamente.
UN RECORRIDO POR LOS HUMEDALES
A
nuestra llegada nos encontramos con sus dos amables y entusiastas
custodios, Irma Falcón Saldarriaga y Alejandro García Marín, quienes nos
invitaron a recorrer este lugar apacible y encantador. Toda la zona
está cercada, cuenta con un mirador y una amplia caseta que será
implementada como centro de interpretación.
Desde nuestra perspectiva, los asentamientos humanos
ubicados alrededor de los humedales podrían cumplir un rol productivo
para obtener ingresos económicos, a partir de la creación de un eje
turístico entre el Callao y Ventanilla, que incluya sus playas y cuevas.
Por su parte, el presidente del Instituto Vida,
Arturo Alfaro Medina, refirió que "los humedales son una de las zonas
más productivas de la tierra y son fuente de diversidad biológica.
Además, regulan los niveles del agua y así ayudan a provenir
inundaciones. Son una gran extensión de área verde que ayuda a mejorar
el ambiente, otorga a la comunidad un espacio para la recreación y si se
utilizan racionalmente sus recursos vegetales y animales, darán
oportunidades para su desarrollo".
A
pesar de las buenas intenciones de las autoridades municipales, existen
relaciones conflictivas con entidades que, a través de ciertas
organizaciones vecinales, actúan sin mayores niveles de coordinación. En
nuestro recorrido pudimos constatar los afanes individualistas de
algunos dirigentes vecinales que no están dispuestos a trabajar con su
gobierno local.
Estos
humedales pueden convertirse en el centro del desarrollo turístico,
ecológico y educativo siempre que se cuente con la activa y organizada
participación de la comunidad. Se trata de una oportunidad que demanda
de la capacidad de entendimiento de los sectores sociales e
institucionales involucrados con el futuro de este significativo
exponente natural.
Por: Wilfredo Pérez Ruiz
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