Escribe: Prof. Jacqueline Llajaruna Castillo
La lectura no es un entretenimiento cualquiera. Es algo que produce placer; que deja en el corazón un sedimento de dulzura, que abre caminos en momentos de desesperanza. Se necesita sentir asombro ante lo que expresan las palabras para entender el verdadero significado de la lectura
El objetivo de la animación a la lectura, es aumentar y enriquecer la competencia lectora del alumno, de modo que sea capaz de:
Ø Interpretar un texto y captar su intencionalidad.
Ø Reconocer y disfrutar de la dimensión estética del lenguaje.
Ø Construir significados, y poner en relación lo que lee con sus conocimientos y experiencias.
Estimular el hábito de lectura requiere, ante todo, tiempo y constancia. Una acción continua y regular. Es un proceso íntimamente ligado al desarrollo afectivo, individual y social del alumno. El libro le aporta información sobre el entorno y sobre sí mismo, y la lectura debe estar en estrecho contacto con su experiencia vital.
No me parece el camino más adecuado para estimular el placer de la lectura obligar a los alumnos a que lean obras que no despiertan su atención, aun cuando estas tengan un indudable valor educativo. Si la lectura de ciertas obras que viene impuesta por los currículos normativos es rechazada de plano por algunos alumnos, habrá que ofrecerles, primeramente, lecturas más acordes con sus intereses individuales―siempre que posean un mínimo de calidad estética―y, paulatinamente, conforme vayan desarrollando una conciencia lectora, se les irá introduciendo en las grandes obras de nuestra tradición literaria y cultural. En tales casos, habrá que renunciar a proponer a dichos alumnos la realización de cualquier tipo de trabajo sobre los libros leídos, con el objetivo de potenciar en ellos, única y exclusivamente, la lectura desinteresada, la lectura―como diría Pedro Salinas―“por el puro gusto de leer”
Como maestros, tenemos que ser conscientes de la importancia que requiere el saber seleccionar un “buen libro” aquel que despierte en el alumno el placer por la lectura. De lo contrario, generaremos el rechazo hacia esta actividad tan enriquecedora como es el gozo por leer. Tengamos presente que la lectura es a la inteligencia lo que el ejercicio es al cuerpo. Esta actividad hace al hombre completo; la conversación ágil, y el escribir preciso.
En muchas ocasiones, la lectura de un libro, ha hecho la fortuna de un hombre, decidiendo el curso de su vida.
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