DOCENTE DE PRIMARIA

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DAIP/CRT

viernes, 27 de junio de 2014

La gestión del conocimiento en las escuelas del Perú

Escribe: Prof. Cecilia Ezeta Espinoza


En la actualidad, el mundo entero está atravesando por una revolución caracterizada por el desarrollo de la tecnología y la comunicación; lo que ha generado una serie de cambios estructurales, a nivel: económico, laboral, social, educativo, político y de relaciones sociales, configurando de esta manera una nueva forma de entender la cultura.

Es así, gracias a los avances tecnológicos, la actividad económica ha sufrido un cambio en el objeto de valor. Es decir, la materia prima, clave de una economía industrial que ha sido reemplazada por el valor del conocimiento, el cual se ha convertido en un factor predominante en la creación de la riqueza. Cabe aclarar, el conocimiento se entiende desde esta mirada como un bien público, lo que implica que es un conocimiento compartido. Y el hecho de compartirlo no merma su valor. Es más, al ser compartido genera nuevos conocimientos de mejor calidad.

Teniendo estos aspectos claros y centrando la atención en nuestro país, es fácil percatarse que al sistema educativo peruano aún le falta mucho por trabajar para lograr convertir sus escuelas, en verdaderos centros de gestión de sabiduría.

Ya que hablamos así, la sociedad del conocimiento es el resultado de los avances tecnológicos y de las comunicaciones. Aquí encontraríamos la primera dificultad que habría que enfrentar, me refiero a la capacidad del estado para aprovisionar a las escuelas de estos avances con la finalidad de ponerlos al alcance de los estudiantes. Aunque se vienen dotando a las escuelas, desde años atrás, de computadoras a través de diferentes proyectos, esto no ha sido suficiente, pues el promedio de alcance es un aula de innovación por escuela, con un promedio de 30 computadoras. Esto en las grandes ciudades, en el caso de zonas rurales la situación es peor. Según la UNESCO- 2006 sólo el 28% de escuelas en zonas urbanas en el Perú contaban con dotación de computadoras.

A este hecho se suma otro de gran relevancia que es el de la capacitación de los maestros en el uso de la tecnología, aplicada al proceso de enseñanza y aprendizaje. Al respecto, es cierto que a la fecha el MED ha realizado una serie de capacitaciones y muchos docentes con sus propios recursos han accedido a otras, pero al observar la realidad, muy pocos de aquellos docentes aplican sus conocimientos en el desarrollo de sus sesiones de aprendizaje. Las razones son muchas y variadas:
Ø Disponibilidad de tiempo para la preparación del material.
Ø Acceso al internet para la preparación y el desarrollo de la clase.
Ø Disponibilidad del aula de innovación.
Ø Recursos económicos, etc.

Por otro lado y mirando aspectos más de fondo, no podemos dejar de referirnos a la cultura de las escuelas, en las cuales todos los agentes educativos juegan un rol importante. Nos referimos a la disposición de compartir el conocimiento con los demás; este hecho poco observado en nuestras escuelas, donde prima todavía una gestión tradicional, observándose que a pesar de las normas, los directivos planifican y deciden sin hacer partícipe a los demás miembros de la institución, y los docentes y demás actores del personal que cuenta cada escuela, y con una posición facilista no exigen participar.

Un claro ejemplo de ello son los famosos PEI, PCC y Presupuesto Anual, documentos sumamente importantes en la vida de las escuelas que según las normas vigentes deben ser planificados y ejecutados en base a una gestión democrática, participativa, sin embargo esto no se aplica en la práctica.

Otros aspectos que considero importantes, y creemos que es necesario resaltar dentro de esta cultura, tenemos:
- Los temores a quedar en evidencia por el desconocimiento, como si el docente o directivo tuviera que saberlo todo.
- El egoísmo que se evidencia al no compartir el conocimiento, considerando que la sola posesión de la información nos hace superiores.
-La prevalencia del trabajo individual y no en equipo.
- La costumbre de cuestionar a la persona y no a la idea.
-La falta de identificación con la institución donde se labora y muchas otras más, quienes laboramos en una institución educativa apreciamos día a día.

Es importante enfatizar, que todo lo expuesto aquí, sólo demuestra que en nuestro país todavía falta mucho camino por recorrer para lograr que nuestras escuelas se conviertan en verdaderos centros de gestión, de sabiduría. Además, de considerar que no se trata sólo de dotar con recursos suficientes, sino de cambiar cultura. Es decir, costumbres y creencias arraigadas a las personas, lo cual no sólo requiere de tiempo y promesas, sino también de esfuerzos coherentes que permitan en la práctica lo que en el papel se escribe.

Por lo expuesto, no podemos decir que nada podemos hacer. Los docentes cumplimos un rol importante en todo cambio cultural. Es por eso, aunque consideremos muchas veces que nadamos en contra de la marea, es nuestro deber seguir avanzando y contagiando de nuestro entusiasmo por mejorar a nuestros colegas, directivos, padres de familia y alumnos. Enseñando con el ejemplo, compartiendo nuestros conocimientos y nuestras experiencias, aprendiendo uno del otro, poniendo un granito de arena en la construcción de una mejor educación para nuestro país.

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