Era este un perro muy bravo. No dejaba que nadie se acercara a la casa. Sus dueños estaban orgullosos de él. Era un buen guardián.
Cierta vez, aprovechando la oscuridad de la noche, un ladrón entró a la casa. Los dueños habían salido dejando a su perro al cuidado de todo.
El perro descubrió al ladrón y empezó a ladrar. Los vecinos se despertaron, y ya iban a levantarse para ayudarlo, cuando el ladrón le arrojó un hueso. El perro se calló. Cogió el hueso y se fue a un rincón.
Los vecinos, pensando que no pasaba nada, se volvieron a dormir.
El ladrón se llevó todo lo que había. Cuando sus dueños volvieron, el perro seguía royendo el hueso. Comprendieron lo que había pasado y lo botaron de la casa diciéndole:
-El ladrón no te ha engañado a ti. ¡Tú nos has engañado a todos!
I. Comprensión de lectura:
01. Contesta:
a) ¿Cómo era el perro?
b) ¿Era un perro callejero o de casa?
c) ¿Qué hizo el ladrón cuando vio al perro?
d) ¿Qué hizo el perro cuando vio al ladrón?
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