Un muchacho que tenía una bicicleta nueva, era la envidia y admiración de todo el mundo, por como cuidaba su bici y además lo bien que la manejaba. Un día que paseaba con ella, pasó por un parque y le apeteció parar un rato.
El niño se puso a jugar, y en un descuido, unos niños le quitaron la bicicleta. Aquellos niños, no la cuidaron, y se la devolvieron un poco estropeada. Al niño le dió tanta pena de como le había dejado su bonita bicicleta, que cuando llegó a su casa, la lavó y la engrasó y volvió a pasear con ella; eso si, teniendo más cuidado. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado. |
Raúl Córdoba Buendía
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