Un príncipe que fue en busca de un león que aterrorizaba a todo el Reino.
El León era el único de esa comarca que se alimentaba del ganado de los campesinos y fue tal el desastre que hizo el León, que en el Reino quedaron muy pocas ovejas, cabras, vacas y otros animales salvajes como ciervos, jabalíes, etc..
El Reino era tan grande, que el príncipe tardó meses en encontrar al león y, cuando lo encontró, estaba junto a un castillo abandonado, pero como si hubiera estado viviendo gente aquí.
Se encontraron cara a cara: el príncipe con su armadura y espada, y el león con sus dientes y garras afiladas.
Le dijo el príncipe al león:
- ¡Voy a acabar contigo!.
- ¿Por qué quieres acabar conmigo?- contestó el león. ¿Qué he hecho yo?.
- Has matado un montón de animales de mi reino sin piedad y por eso lo pagarás.
- Si he matado, ha sido para comer- le contestó el León. Todavía no he matado a a ningún ser humano. ¿Qué quieres?, ¿que me muera de hambre?. Es mi naturaleza. Dime cómo podemos solucionarlo sin enfrentarnos.
- De acuerdo. Yo te ofrezco un trato- le contestó el príncipe, una amplia zona de caza con animales en abundancia para que puedas vivir toda tu vida. Pero tú, a cambio, no atacarás ni matarás a los animales del resto del Reino fuera de tu zona de caza y, sobre todo, nunca jamás matarás a seres humanos.
El león respondió: "de acuerdo. Acepto tu trato".
El león se quedó dentro de esa zona y el príncipe volvió a su castillo y todo se solucionó de la mejor manera.
El León era el único de esa comarca que se alimentaba del ganado de los campesinos y fue tal el desastre que hizo el León, que en el Reino quedaron muy pocas ovejas, cabras, vacas y otros animales salvajes como ciervos, jabalíes, etc..
El Reino era tan grande, que el príncipe tardó meses en encontrar al león y, cuando lo encontró, estaba junto a un castillo abandonado, pero como si hubiera estado viviendo gente aquí.
Se encontraron cara a cara: el príncipe con su armadura y espada, y el león con sus dientes y garras afiladas.
Le dijo el príncipe al león:
- ¡Voy a acabar contigo!.
- ¿Por qué quieres acabar conmigo?- contestó el león. ¿Qué he hecho yo?.
- Has matado un montón de animales de mi reino sin piedad y por eso lo pagarás.
- Si he matado, ha sido para comer- le contestó el León. Todavía no he matado a a ningún ser humano. ¿Qué quieres?, ¿que me muera de hambre?. Es mi naturaleza. Dime cómo podemos solucionarlo sin enfrentarnos.
- De acuerdo. Yo te ofrezco un trato- le contestó el príncipe, una amplia zona de caza con animales en abundancia para que puedas vivir toda tu vida. Pero tú, a cambio, no atacarás ni matarás a los animales del resto del Reino fuera de tu zona de caza y, sobre todo, nunca jamás matarás a seres humanos.
El león respondió: "de acuerdo. Acepto tu trato".
El león se quedó dentro de esa zona y el príncipe volvió a su castillo y todo se solucionó de la mejor manera.
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