Un perro, de carácter envidioso, se acostaba en un pesebre lleno de heno, y cuando venían los bueyes a comer allí no los dejaba. Un buey, estimulado por el hambre, quiso acercarse al pesebre para tomar un poco de heno, pero se lo impidió el perro, ladrando y enseñándole los dientes.
Bestia envidiosa, le dijo el buey, ¿qué naturaleza es la tuya tan perversa, que no quieres permitir que yo me aproveche de una cosa que a ti no te sirve?
Lo que a ti no te sirve, déjalo aprovechar a otro. Nunca tengas envidia de que tu vecino sea afortunado.
Responder las siguientes interrogantes:
1.-¿Quién era envidioso?
2.-¿Quién estaba hambriento?
3.-¿Qué quería comer el buey?
4.-¿Dónde estaba el heno?
5.- ¿Qué mensaje te da la fábula?
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