Edgar era un niño muy alegre y divertido que llenaba sus sueños jugando noche y día con una piedra a quién no dejaba ni por degustar su mejor comida.Esta es su historia de mi amigo Chuca.
Edgar vivía en las partes altas del Yungay , todas las mañanas tenía que ir donde su padre quién tenía una bodega en el mercado a una distancia de kilometro y medio aproximadamente.
Desde su casa salía acompañado de una piedra que era el coche más moderno de su infancia ,quien para ser su recorrido el arrastraba gateando y haciendo un sin número de carreteras y puentes en su recorrido diario.
El motor arrancaba en sus labios y no existia ningún obstáculo que destruya sus sueños de aventura hacia su destino ,pasaba ya media mañana y recién a lo lejos su padre divisaba a su hijo llegar acompañado de su confortable vehículo arrastrando de su mano.
Al llegar a la meta su padre de un latigazo lo alejaba pero el dolor más fuerte era ver su coche lanzado sin destino ,pero sabía que mañana otro sería su ferrari pero con el mismo destino.
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