Jaime y las hojas de coca

Jaime es un niño con muchas ganas de estudiar ,que cuando le conocí hace maś de una década atrás me motivo ,espero que le agrade su historía.

Entre los rincones profundos de la Cordillera Negra bajaban una hilera de niños rumbo a la escuela ,eran niños y niñas de todas las edades .

Jaime era un niño de unos de 10 años aproximadamente que encabezaba la marcha ,todos con las marcas del frío en su piel y los pies con surcos que solo el ver causaba muchos dolor. Sonreían al llegar al patio que era una campo deportivo de tierra, tenían sus rostros llenos de sudor por el inmenso tramo recorido por querrer aprender.Saludaban todos en coro y con un apretón de mano se marcaban la llegada , después de estudiar media mañana se juntaban todos los niños y jugaban el cansancio se esfumaba y era un loquerío ,de donde sacaban tantas energías . Después de observarles por varias semanas me percate que Jaime sacaba de su bolsa un paquete el quien compartía con su grupo de amigos que bajaban de las zonas más altas de la Cordillera ,que era me acerque como quién jugaba con otro niños y con sus ojos risueños y sin temor me alcanzó una hojas secas que de inmediato reconocí eran hojas de coca.


Finalmente me contó que su abuelo les mandaba las hojas para que soporte el cansancio y aguantar el hambre hasta llegar a sus hogares a unas tres horas de distancia.