DOCENTE DE PRIMARIA

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lunes, 12 de mayo de 2014

Cuento : VAPORINO EL PINGUINO





Vaporino se convirtió en el mimado de la familia. Andaba libremente por todas la habitaciones de la casa, el coral, recibiendo de todos cariño y comida en abundancia .

Así, regalón, fue creciendo y pronto se convirtió en un pingüino bien desarrollado y gordo.

Acudían en cuanto lo llamaban por su nombre, buscaba la compañía de los humanos y constantemente abría el pico pidiendo comida.

Pero, su preferencia era por Tetera. Como un niño que recién aprende andar, salía torpemente corriendo a su encuentro en cuanto lo sentía volver de la calle, se le arrimaba a las piernas, no se separaba de él cuando se sentaba a la mesa y se subía a su cama.

El barrio Miranda también lo hizo su engreído . Y a todos divertía la forma cómo las graciosas ropas de marinero que le confeccionaba Chela, una de las hermanas de Tetera y Tiburón, cubría su indeleble traje de etiqueta . Así , luciendo chompas de llamativos colores, mamelucos, gorras de marinero, se estaba en la puerta de calle con una cuerda atada a una de sus patas remeras.

Tetera lo sacaba de paseo. Lo llevaba por las calles, le hacía caminar por el malecón.

Y el paso bamboleante del obeso pájaro - niño, conquistaba la simpatía de la gallada.

Pronto se convirtió en la mascota del barrio y del club Sport Pisco. Desde entonces, los domingos fueron de fútbol para él en la cancha de vivero, bordeada de sauces, en el Pueblo.

En brazos o caminando o en ómnibus, por la ancha avenida de San Martín era llevado al Pueblo a levantar el espíritu del equipo playino y de su hinchada.

Una tarde fue subido al ómnibus de don Mere, acompañando a la gallada del Sport Pisco que jugaba en chincha. Ganaron por goleada : 5 - 0. Esto determinó que lo llevasen a cuanto partido sostenían el Sport Pisco en canchas foráneas así viajó a Ica , a Nazca, a Cañete, compartiendo el entusiasmo de la victoria o el silencio de las derrotas.

Atado a la cuerda, lo llevaban también a la playa , a tomar el sol, a bañarlo.

Entonces fue cuando Tetera empezó a sentir cada vez más bruscos los tirones que sacudían sus brazos y tensaban la cuerda .Vaporino nadaba veloz bajo las olas donde el alcance de la soguilla se lo permitía.

Pero, en la memoria deTetera todas esas excursiones se redujeron a una: aquella en que apenas se sintió un leve tirón y la soguilla se quedó flácida e inerte entre sus manos trigueñas. Adivinando lo sucedido, Tetera recuperó con desesperación la cuerda, hasta que sus dedos tocaron el deshilachado extremo donde ya no estaba Vaporino.

Sus pies abandonaron el reguero de conchuelas de la orilla y se hundieron en las mansas aguas de la marea baja, cristalinas, de olas pequeñas que apenas llegaban hasta la altura de sus rodillas nudosas.

Pero, en vano, sus ojos hurgaron en el fondo de pequeñas verdosas.

El sol brillaba con fuerza sobre el puerto y en la extensión azul del mar desmadejábanse albas cadenetas de espuma. Los lanchones flotaban lejos. Un remolcador desplazábase entre el muelle y un buque mercante de bandera inglesa.

Entonces, las islas le parecieron países encantados, remotos, inalcanzables, al otro lado del mar.

Y lloró.

José Hidalgo, Panconté



Responder las siguientes interrogantes:

1. ¿Quién escribió el texto que has leído?



2. ¿Quién es el protagonista de la obra?



3. ¿Quiénes cuidaban de él?



4. ¿A qué equipo de fútbol acompañaba?



5. ¿Por qué lo llevaban?



6. ¿Qué lugares conoció Vaporino?.



7. ¿Qué sucedió finalmente con él?

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