A pesar de que nosotros nos servimos de los recursos que los océanos nos proporcionan entre otras cosas para la alimentación, los tratamos como auténticos cubos de basura. Todas las basuras y desperdicios son arrojados al agua, y los insecticidas y otras sustancias contaminantes van a parar al océano, arrastrados por ríos y arroyos.
Estas sustancias contaminantes son muy perjudiciales para la vida en los océanos. Muchos animales marinos mueren asfixiados cada año por los desechos que flotan en el mar. El alto nivel de residuos tóxicos en muchos mares está envenenando a algunos animales y haciendo que otros se marchen.
Todos los países del mundo están empezando a darse cuenta de lo importantes que son los océanos. Se han dictado leyes internacionales para restringir los vertidos de residuos, y algunos mamíferos marinos están ahora protegidos. Países costeros de los mares más sucios han empezado a llevar a cabo ambiciosos programas de limpieza de los mares.
Pero aún queda mucho que hacer. Hay que evitar la pesca excesiva para asegurar su subsistencia, y proteger a las especies marinas que están en peligro de extinción. En los últimos años han sido enormes los daños causados por los buques petroleros que han derramado su carga mortífera en el mar. El petróleo no deja pasar la luz en el océano. Esto obstaculiza la producción de plancton, lo cual afecta a toda la vida marina. La opinión pública puede presionar a las compañías petrolíferas para que compren barcos más seguros con el fin de evitar accidentes.
Se han descubierto que algunas actividades, aparentemente inofensivas, en los océanos tienen efectos perjudiciales sobre la vida marina. Los cables eléctricos que cruzan el fondo del océano molestan a algunas criaturas del fondo del mar y confunden a muchos peces. Los tiburones muerden esos cables confundiéndolos con presas.
El ruido de los barcos, los concurridos puertos costeros y las industrias que arrojan sus vertidos en los océanos ahuyentan a las focas, los delfines y otros animales de sus criaderos tradicionales.
Las ballenas se han constituido en un símbolo internacional de conservación del océano. Estas extraordinarias criaturas han vivido en los océanos antes de que la gente viviera en la tierra. Son los gigantes del mundo natural.
Las ballenas han sido perseguidas y cazadas por su aceites y reservas alimenticias, durante tantos años, que ahora son difíciles de encontrar.
Muchas gentes está de acuerdo en que no debemos matar ninguna ballena más y que tienen que existir leyes para proteger a las especies más grandes. Algunos países, sin embargo, continúan cazando ballenas y comiendo su carne como un manjar de lujo.
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