DOCENTE DE PRIMARIA

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DAIP/CRT

lunes, 22 de julio de 2013

El analfabetismo funcional

 
El analfabetismo es un problema para cualquier país en desarrollo. El no saber leer ni escribir puede colocar en situación de minusvalía a las personas que no han aprendido estas habilidades básicas, a ellos se dedica gran cantidad de programas que busca insertarlos, de alguna manera, en el terreno de los alfabetizados. Este es un problema que detectamos, analizamos e incluso buscamos solucionar, pero mientras la cantidad de analfabetas disminuye, la cantidad de analfabetas funcionales aumenta considerablemente.
Los analfabetas funcionales no están en un determinado estrato social, no han carecido de educación ni están excluidos de las universidades. Analfabeta funcional puede ser cualquier persona que, a pesar de saber leer y escribir, presenta dificultades a la hora de comprender textos escritos. Sí, ese muchacho que acaba de ingresar a la universidad, esa joven secretaria que no ha terminado el bachillerato porque le da flojera y el ingeniero mecánico que no lee porque le da sueño, son analfabetas funcionales.
Algunas estadísticas indican que la mayoría de la población sólo puede comprender el 31% de los textos que lee, por lo tanto tiene dificultades para aprehender y relacionar lo leído con sus conocimientos previos. Lo mismo sucede a la hora de responder preguntas y emitir opinión acerca de lo que leen. Esto, aparentemente no es un problema porque somos fundamentalmente visuales y, a la hora de comunicarnos, preferimos la oralidad antes que la escritura, pero existen situaciones en las cuales el individuo es evaluado por lo que lee y escribe, ¿cuántas veces hemos escuchado de personas que son rechazadas en un empleo por no comprender adecuadamente alguna pregunta de la planilla de solicitud?, ¿cuántas veces nos hemos preguntado por el significado real del texto que estamos leyendo?.
Son muchos los factores que pueden incidir en el crecimiento desmesurado del analfabetismo funcional en nuestro país, uno de ellos es la preferencia por lo audiovisual antes que por lo impreso, es decir, entre la televisión y el periódico, gana la televisión; entre la versión fílmica de “El Señor de los Anillos” y los tres tomos de la versión impresa, gana el film.
¿Qué podemos hacer ante esta realidad?
 Mucho se ha dicho acerca de la necesidad de incentivar e incrementar el hábito de la lectura entre los niños y jóvenes, es decir, de alguna manera todos estamos conscientes de que el analfabetismo funcional es una realidad cotidiana e intuitivamente sabemos que la lectura de diferentes tipos de texto puede contribuir a disminuir los índices del mismo. Reconocer esto es el primer paso para determinar hasta qué punto estamos dispuestos a mejorar nuestros problemas de comprensión. No se trata de ser restrictivo, ni de juzgar o etiquetar a las demás personas, se trata de reflexionar y actuar en pro de una disminución del analfabetismo funcional , se trata de empezar por nosotros. Sólo la persona que reconoce sus limitaciones son capaz de buscar soluciones, mejorar e incluso incidir en los que le rodean.

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