EL ELEFENTE Y LA HORMIGA
Había una vez un elefante que se sentía tan poderoso e indestructible que amedrentaba a todos los animales de la selva, y su fuerza era tan grande que nadie se atrevía a enfrentarse a él, ni el león podía comparársele. Resulta que entre los animales diminutos se hizo una apuesta. ¿A ver quien puede destruir al elefante? Como recompensa, se le prometía la gloria y la fortuna para su especie. El ratón lo pensó, pero decidió retirarse. Nadie se atrevía enfrentarse al elefante, el cual retaba a todos los animales de la selva. Un día las hormigas decidieron hacer una asamblea para estudiar la propuesta de los demás animales de la selva. Una de ella, la más laborioso y astuta presento un plan y dijo:-Compañeras, no podemos enfrentarnos al elefante frente a frente, ni el león y el tigre lo hacen, así que debemos elaborar una estrategia diferente, he pensado en un sabotaje… hagamos una acción terrorista.- Y una del grupo pregunto – ¿Y cómo podremos hacerlo?. Y con toda calma empezó a perfilar su plan, y todas estuvieron de acuerdo. Una noche, mientras el elefante dormía un grupo selecto de hormigas, unas 20, se treparon al por el lomo del enorme animal y se introdujeron en su oído. Una vez dentro comenzaron a molestarle. El elefante, desesperado comenzó a dar sacudida, grito y por último se lanzo en una veloz carrera como loco selva abajo, y descontrolado se precipito por un barranco matándose. Es cierto que murieron las hormigas, pero también mataron al elefante. La moraleja de este cuento es sencilla, nunca menospreciar un ser inferior
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