martes, 15 de abril de 2014
CUENTO:Será el diluvio
El día amaneció oscuro y con lluvia. Los campos que rodeaban la casa de Mariano pronto se empaparon. La naturaleza se aplastó bajó un chaparrón constante y gris. Llovía sin truenos, sin relámpagos, y las gotas caían verticales, pues tampoco había viento.
Mariano miró por la ventana. El agua resbalaba sin cesar por el vidrio. Todo estaba gris.
Sonrió al pensar en lo tonta que era la gente. Se habían dicho tantas cosas sobre ese día, se habían especulado tantas desgracias, tantos desastres, y solo llovía mansamente.
Durante el desayuno le comentó a su esposa, tras sorber un buen trago de café:
- Parece que nos vamos a salvar, que esto no se termina aquí, ¡jajaja! Habrá que esperar otro fin del mundo.
- Era obvio que todo era una tontería -comentó ella, mientras ponía jalea a un pan tostado-, pero seguramente dentro de unos años van a inventar otra cosa.
Después del desayuno ella tenía que ir a la ciudad. Se fue en la camioneta. El vehículo tomó el camino y desapareció en el gris de la lluvia. Ahora precipitaba más fuerte, y el día se tornaba cada vez más oscuro.
Mariano encendió la tele. No se veía ningún canal. Pensó que sería por la lluvia. Buscó un libro de cuentos cortos que aún no terminaba de leer y se acomodó en el sofá.
Pasó una hora, dos, tres, y su esposa no regresaba. Intentó llamarla pero el teléfono no andaba. Cuando encendió la radio para escuchar si había caminos cortados por el agua, esta no captaba nada, solo estática. Ahora comenzaba a preocuparse. ¿Realmente había llegado el fin del mundo?
Fue hasta la ventana y quedó mirando la lluvia. No había truenos, pero el estruendo de la lluvia era ahora muy intenso. Oscurecía más y más, y el diluvio caía con más fuerza, con una fuerza aplastante.
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