Un hombre que escuchaba a Dios encontró una rata y se la llevó a su casa. Pensó que iba a ser difícil criarla, así que rogó a Dios que convirtiese la rata en una niña y Dios la convirtió en una niña muy guapa, aunque ella no sabía nada y creía que era su hija.
Cuando la niña se hizo mayor, le dijo el hombre:
-Elige el marido que quieras, que con él te casaras.
Y la niña respondió:
-Quiero el marido más poderoso.
-¿Quieres al sol?
Y la niña le dijo que sí. El hombre habló con el sol:
-Aquí tienes a esta hermosa muchacha. ¿Te quieres casa con ella?
El sol le dijo:
-La nube es más poderosa que yo porque tapa mis rayos de luz.
El hombre fue en busca de la nube, pero esta le dijo:
-El viento es más valiente y poderoso que yo porque me arrastra adonde él quiera.
Y el viento dijo:
-El monte es más poderoso que yo porque yo no puedo moverlo.
Y el monte dijo:
-El ratón es más fuerte que yo porque cava en mi tierra y no puedo defenderme de él.
El hombre le dijo al ratón:
-¿Quieres casarte con mi hija?
Y el ratón le contestó:
-¿Cómo podré casarme con ella si no cabe en mi cueva?
La muchacha le suplicó a su padre que le rogase a Dios que la convirtiese en rata. Entonces, Dios la devolvió a su naturaleza y a la raíz que había perdido antes, y se casó con el ratón.
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