DOCENTE DE PRIMARIA

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sábado, 5 de abril de 2014

El Perú llora la partida de su primera guitarra, Óscar Avilés




Sábado, 05 Abril 2014
El querido músico falleció a los 90 años. Deja un legado imborrable por su trayectoria como intérprete, arreglista, productor y difusor de la canción criolla.


El Perú llora la partida de su primera guitarra. Tras pasar tres meses hospitalizado, el corazón del querido y admirado Óscar Avilés Arcos dejó de latir la mañana del sábado 5 de abril. Deja un recuerdo imborrable, por su trayectora como intérprete, arreglista, productor y difusor de la canción criolla. Una trayectoria que le valió numerosos disctos de oro y reconocimientos a lo largo de sus 90 años de vida.

“Cantaron una jarana. San Pedro pregunta quién es. Y el Padre Eterno le responde: ese es Óscar Avilés”. Así lo retratóPorfirio Vásquez, célebre representante de la música popular afroperuana. Corría el año 1944.

Avilés nació en el Callao, el 24 de marzo de 1924. Su vocación musical nació temprano escuchando a su padre cantar y tocar en reuniones sociales con vecinos y amigos en su Callao natal, así como en Breña, a donde se mudó la familia cuando él contaba con dos años. Cuando contaba con ocho años fue su abuela Carmela Albán quien le enseñó sus primeros acordes en la guitarra y con ello selló su destino. Luego, su padre lo inscribiría en clases de guitarra.

Su debut como guitarrista ante el público fue a los nueve años, en una actuación escolar del colegio Salesiano de Breña, donde estudió la primaria. En este escenario se presentó con pantalones cortos, cantando y tocando guitarra tan bien, que el público lo ovacionó y comenzó a llamar el Gardelito Peruano. Así lo señala Raúl Serrano en su libro Confesiones en tono menor, Oscar Avilés setenta años de peruanidad, resultado de largas horas de conversación con el artista.

Cuando Óscar contaba con diez años, la familia Avilés debió mudarse a la cuadra ocho del jirón Garibaldi, a sólo dos cuadras del Veinte o Huatica, el barrio rojo de la Lima de aquel entonces. Allí, los nuevos vecinos disfrutarían de sus interpretaciones y las de sus hermanos a través de la ‘ventana avilesiana’ ya que por orden de su madre, ninguno de ellos podía salir a la calle sin la compañía del padre.

Unos años más tarde, en 1939, cuando contaba con quince años obtuvo su primer trabajo como guitarrista en un programa infantil de Radio Internacional. Ese mismo año, se integraría al conjunto musical que acompañaba a Rosita Ascoy, conocida como La Limeñita, tocando guitarra y cajón.

En 1942, Avilés fue elegido director y primera guitarra del conjunto estable de Radio Mundial y eligió como guitarrista de apoyo a su amigo Fernando Nuñez, del Centro Felipe Pinglo. Al poco tiempo, el guitarrista bajopontino Félix Arteaga, se integró al grupo de la estación, formándose así el trío de cuerdas Avilés-Nuñez-Arteaga.

La carrera artística de Avilés fue en ascenso paralelamente al boom de la radio en nuestro país y al despegue de la música criolla. Si antes lo que se escuchaba en las emisoras era tango y boleros, en su época se llevó a cabo la primera difusión masiva de valses, polcas, y marineras.

Durante su larga y fructífera trayectoria, formó parte de Los Trovadores del Perú y se integró al trío Los Morochucos. Fue parte del elenco de Sono Radio y fundó la primera escuela de guitarra de estilo criollo que funcionó hasta 1967. También dirigió el Conjunto Fiesta Criolla entre 1957 y 1959, así como acompañó con su guitarra a la cantautora Chabuca Granda en diversas giras artísticas entre 1955 y 1970.

Como director artístico de la disquera IEMPSA produjo para los Embajadores Criollos temas como El Rosario de mi Madre, Lucy Smith, Vecinita, Tu Culpa y muchos otros, en los que también participó como primera guitarra. En la década del setenta formó dúo con Arturo "Zambo" Cavero. Los discos de ambos no sólo se vendían en el Perú sino que circulaban en las colonias de peruanos en diversas partes del mundo, por lo que comenzaron a llover contratos en Europa y especialmente Estados Unidos, país que recorrieron de palmo a palmo.

Además, grabó con muchos artistas criollos de primera línea como Jesús Vásquez, Eloísa Angulo, Los Hermanos Zañartu, Cecilia Bracamonte, Nicomedes Santa Cruz, el tenorLuis Alva, entre otros.

El Ministerio de Cultura reconoció su aporte

Su entrega, talento y aporte a la cultura peruana le valieron numerosos reconocimientos y distinciones a lo largo de su vida artística. En 1987, la Organización de Estados Americanos (OEA), distinguió a Avilés, así como a otros importantes artistas como Patrimonios Artísticos de América. También dicho año, el Ministerio de Educación del Perú le otorgó las Palmas Magisteriales.

En 1989, fue condecorado por el Congreso de la República con la Medalla Távara y en 1995, la Municipalidad Provincial del Callao le puso su nombre a la calle donde nació –antes Zepita– y colocó una placa recordatoria al exterior de su casa. Asimismo, en el año 2000 la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, lo nombróDoctor Honoris Causa, el más alto título académico que otorga esta casa de estudios.

En octubre de 2003, en el marco de la celebración el Día de la Canción Criolla, el Ministerio de Cultura –entonces Instituto Nacional de Cultura–lo distinguió con la Medalla de Honor de la Cultura Peruana por su labor de promoción, difusión y conservación de la música peruana.

Asimismo, en junio de 2013, el Ministerio de Cultura, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Callao, organizó una exposición homenaje al compositor, en la cual se exhibió por primera vez objetos, documentos y prendas que forman parte de su vida artística. En una ceremonia especial, se le distinguió con un Diploma de Honor y un trofeo, en reconocimiento a su larga trayectoria que lo convirtió en ícono de la peruanidad. Don Óscar Avilés, descanse en paz. Nunca lo olvidaremos.

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